SER TU PAPÁ


Ayer papá tomó la pluma y el papel, y nuevamente plasmó su sentir...

Ser tu papá

Mi querido Elliot, no quisiera iniciar con la típica y trillada frase de, no nos enseñan a ser padres, pero en cierto modo tienen razón, aunque nos creamos muy malos, muy hombres o machos, cuando nos dan la noticia de que nuestra pareja esta embarazada, nos tiemblan las piernas, y aunque sea algo deseado y planeado, indudablemente las dudas e inseguridades tarde o temprano surgen.

Que, si consideramos que tuvimos un buen ejemplo con nuestro propio padre, dudamos de ser capaces de igualarlo, que, si no lo tuvimos, en ejemplo o en persona, si yo seré capaz de serlo. Hay quienes deciden ni siquiera arriesgarse y en algunos casos quizá sea lo mejor que pueden hacer, algunos más lo intentamos cada día, haciendo como que sabemos lo que estamos haciendo, aunque por dentro no tengamos ni la más remota idea. 

Te puedo contar que con tu mamá te deseábamos, pero no te puedo decir tampoco que fuiste super planeado porque te mentiría, cuando me enteré de que venías; como te dije, fue una mezcla de emociones en montaña rusa, alegría, miedo, euforia, incertidumbre, gozo, inseguridades, etc. No creciste en mi panza, pero si me creció, vaya que si me creció la panza (aun no me recupero de eso, 'guiño') en mi fuiste creciendo en mis pensamientos y en mi corazón, en mis sueños y expectativas.

Como te ha contado mamá, desde tu embarazo iniciaron las complicaciones, y como buen hijo de un ansioso desperado que soy, a cada rato te querías salir, pero te resignaste y aferraste y te aguantaste a término, con cada complicación yo me hacia cada vez mas pequeño y me sentía cada vez mas inútil, porque no podía o no sabía cómo ayudarte, solo recuerdo que en mis pensamientos cada que me acercaba a la panza de tu mamá te decía ´crece, crece y reverdece´, creyendo que como por osmosis tu escucharías, era una de mis formas de intentar o al menos creer que podía hacer algo, otra era intentar “cantarte” tanta cosa se me ocurriera, esperando no sé qué exactamente.

Con tu diagnóstico y cada complicación que tienes que pasar admiro cada vez mas tu fortaleza y amor por la vida, que, pese a todas las situaciones, circunstancias que pasas e incluso personas que te ven feo tu les devuelves una sonrisa o simplemente las ignoras. En cada ocasión me gustaría y pido ofrecer y/o dar mi vida para sanar la tuya, pero obviamente no puedo y me sigo sintiendo impotente e inútil, y nuevamente tu me tomas de la mano y buscas tranquilizarme y solo me quedo intentando seguirte el paso.

En general la sociedad dice que debo ser el hombre de la casa, el sostén, el pilar, la fortaleza y un montón de cosas más, demasiadas que no están en mi lista; algunas personas dicen que soy un mal padre; porque te consiento demasiado, porque no te educo, por esto o por aquello, pero la verdad no creo que digan algo que yo no me haya reprochado ya (porque soy juzgón y criticón y aunque no lo parezca empiezo por mi); porque si me he sentido un mal padre, pero creo que tú eres de las muy pocas personas que me has visto volverme loco, me has visto llorar, tener  ira cuando nos niegan tu atención, y muchas otras cosas más, y aun así me sigues buscando y sosteniendo, te he pedido y seguiré pidiendo perdón por no ser y poder darte el padre que mereces, porque si me siento culpable, inseguro, inútil, incapaz, frustrado de no poder ayudarte, y aunque intento trabajar para modificar estas cosas, siento que no avanzo como debiera o quisiera, y no puedo prometerte que dejaré de equivocarme porque eso no es posible mi niño, pero si quiero reafirmarte lo que te he dicho, seguiré intentando hacerte lo mas feliz posible. Agradezco a tu mamá por todo el apoyo y confianza que me brinda al permitirme estar contigo y disfrutarte lo mas que puedo, porque me encanta estar contigo, me encanta molestarte dándote besos y abrazándote, te seguiré consintiendo en lo que pueda y cargándote hasta que mi cuerpo y fuerzas me lo permitan, agradezco la oportunidad de ser tu papá, pero sobre todo el que tu me permitas llamarte mi hijo.

Siempre seguirás en pensamientos y en mi corazón, en mis sueños y experiencias, y por eso solo me queda decirte gracias y que te amo como jamás he amado a nadie.

Te ama Papá

Jorge Abraham



Comentarios

Entradas populares de este blog

VIVIR EN SOLEDAD

ENTRE EL CAOS, LA INCERTIDUMBRE Y EL AMOR

PAUSAR PARA NAVEGAR