SOBRE RUEDAS


Me encanta verte jugar, y como te diviertes con las cosas más simples, un pedazo de cartón, un tubo de hilo, una caja de zapatos, etc. Como cualquier otro niño no requieres de mayor complejidad, y para mi verte sonreír es una de las cosas que más disfruto del día. Como cualquier otra madre que ama a su hijo.
Tu silla de ruedas también es motivo de diversión, aunque aún no te acostumbras del todo, claro no es tan cómoda como lo era tu carriola pero es muy funcional cuando te cansas. Ayer fue un día particularmente interesante, por primera vez te llevamos a una tienda departamental en tu silla de ruedas,  y hubo de todo, personas que lo tomaron como algo normal, otras que consideraron que pasabas y amablemente se hacía a un lado, y otras que te veían, digamos de una forma peculiar. Lo interesante mi vida, fue que tú con toda la inocencia que tienes estabas absorto en tu juego con la llanta de la silla.
Las emociones en muchas ocasiones son indescriptibles, y realmente mi pequeño las emociones que he experimentado desde el primer día que naciste han sido muchas, tal vez hasta aquellas más escondidas en mí. Son emociones contrastadas, porque por una parte ha sido llenar de amor mi corazón y por otra parte ha sido la tristeza por no poder hacer nada para que no pases lo que tengas que pasar. Por ejemplo, el rechazo ocasional de las personas, y de los niños de tu edad, que en muchos de los casos ya no quieren estar junto a ti porque no juegas al igual que ellos.
Eso realmente sigue siendo complejo para mí, porque creo que a ninguna madre y padre les agrada que rechacen a sus hijos, pero también trato de comprender que muchos de esos pequeños   que no aceptan jugar contigo tampoco han tenido una guía para acercarse y convivir con niños con discapacidad. Y si eso pasa con los niños obviamente pasará con los mayores, pues lamentablemente lo que poco conocen es de lo que más huyen. Pero todas esas cosas tu las has pasado por alto, en muchos casos haciendo frente al rechazo.
Para mí eres todo un guerrero, siempre lo digo y no me canso de decirlo, eres un guerrero que todos los días me recuerda la importancia de cambiar mi actitud ante la vida. Muchas gracias por esa enorme enseñanza mi vida… como ayer en tu silla de ruedas, con todas aquellas personas no muy agradables al verte pasar… tu actitud no cambio, jugabas con tu silla y nos volteabas a ver para sonreír… tan solo te mueves sobre ruedas y eso resulta fenomenal…
 
Te ama mamá.



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