MÁS ALLÁ DE LA DISCAPACIDAD
¿Sabes mi querido Elliot Damián? Una de las experiencias que más agradezco durante mi formación educativa es que siempre
tuve la oportunidad de convivir con niños y niñas con algún tipo de
discapacidad, y que afortunadamente estuve integrada en escuelas en donde los
profesores tenían la sensibilidad para poder abordar el tema y no hacer
diferencias ni discriminar.
También, afortunadamente, la vida me dio a tus
abuelos quienes han tratado de ser incluyentes en cualquier tema, no solo en
relación a algún tipo de discapacidad, sino también a otro tipo de situaciones
de vida.
En mi vida laboral, desde hace 9 años se me dio la oportunidad de
apoyar a familias con discapacidad, 5 años antes de que tú nacieras ya me había
enfrentado a ver como muchos de mis niños iban degenerando físicamente y me
tocó ver morir a muchos otros más.
Dicen que en la vida todo pasa por algo, por
eso cuando te esperábamos papá y yo y cuando nos dijeron en qué consistía tu
enfermedad, comprendí que la vida siempre me había preparado para afrontar, con
todo lo que pudiera, esta situación.
Sin embargo, a pesar de contar con todas
estas nociones, existen situaciones sociales que no favorecen el panorama. Por ejemplo, la
situación político-social que vivimos en Oaxaca, la falta de educación, de
empleos, el hecho de que las personas cada día sean más agresivas y violentas,
no genera un ambiente idóneo para tu desarrollo.
Desde que te quisimos ingresar
a guardería, hemos encontrado varias limitantes. En la primera guardería te
llegaron a pegar, en la segunda te dejaban hacer lo que quisieras porque consideraban
que no podían regular tu comportamiento ni manejar tu hipoacusia. Y ahora
integrarte a un preescolar se ha convertido en una odisea.
Existen algunas
escuelas particulares que nos dicen que si te aceptan, que te integran, nos
pintan un panorama muy lindo, pero realmente no tienen idea de cómo trabajar
contigo, ni qué hacer ante tu comportamiento; además de pedir una colegiatura
que no podemos cubrir, es eso o cubrir tus necesidades básicas.
Tu principal
limitante ha sido tu irritabilidad, que se ha combinado con otra serie de
factores, por ejemplo tus hospitalizaciones, que los maestras que has tenido o
te consiente o te ignoran (no todos aclaro pero en general así ha sido), tus
convulsiones, el enfermarte de manera recurrente. Pero realmente tod@s dan por
hecho que simplemente te consentimos, que si te irritas es porque te
proporcionamos todo y que en pocas palabras te hemos malcriado.
Aunque nosotros
sepamos que no es así, que muchas veces hemos manejado tu conducta, no siempre
con resultados favorables, pero que hemos tratado de ir aprendiendo. Me parece
ilógico que de manera deliberada digan que te dejemos ser un niño “normal”, yo
diría que tendrían que referirse más a la calidad de vida que a la normalidad.
Porque díganme que niño sin discapacidad se interna cada semana en el hospital,
con un catéter interno y con un medicamento que lo bombardea, que niño sin
discapacidad va a terapias físicas mínimo 3 veces por semana además de las que
se le tienen que hacer en casa, y de la terapia de lenguaje, que niño sin
discapacidad tiene que tomar una serie de medicamentos para que no convulsione,
para que no se enferme, que porque lo dientes no nacieron bien, que porque no
puede en ocasiones caminar, que porque cada 3 días se enferma del estomago, que
porque no coagula su sangre, díganme que niño sin discapacidad, sin ninguna
discapacidad tiene que pasar por ello?
No se lo deseo a ningún niño, y en
relación a ti hacemos todo lo humanamente posible por castigarte, por
regañarte, por limitarte, y lo único que escuchamos es que eres muy difícil,
que eres muy irritable, que no trabajas, que eres flojo, y nos repiten una y
otra vez que no trabajamos, que no hacemos nada, que somos malos padres. Jamás
nos hablan cosas positivas de ti, mucho menos de nosotros, a excepción de
algunos amigos cercanos que nos reconocen.
No queremos una escuela que haga milagros, sabemos de tu discapacidad
intelectual asociada a tu enfermedad, sabemos
que seguirás perdiendo funciones físicas
y cognitivas, sabemos que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Pero
no lo vivimos así todos los días, no vale la pena. Porque también sabemos que a
nosotros mismos nos puede pasar cualquier cosa en cualquier momento, así que
tampoco es que te tengamos en una burbuja.
Nos gustaría escuchar propuestas de cómo
podemos mejorar en nuestro paternaje y maternaje más que solamente quejas de ti
y señalamientos hacia nuestra ineptitud como padres. Había confiado en la
posibilidad de encontrar una escuela realmente incluyente porque como decía en
un inicio, yo crecí en su momento en escuelas incluyentes.
La inclusión social
y educativa me sigue pareciendo un sueño en donde vivimos. Te llevamos a un
concierto y era impresionante como te emocionaste, pero no faltó el señor que
se enojó porque te emocionaste, en las escuelas ha sido un “no se puede manejar”,
y las escuelas públicas no tienen clases con regularidad y tampoco existen
maestros que estén capacitados y eso lo puedo entender.
En los lugares públicos la situación no ha
variado, personas que te observan “raro”, que susurran entre ellos
cuando pasamos a su lado, personas que se incomodan cuando vamos a un restaurant
o a alguna convivencia. Un señor me preguntaba el otro día:- ¿cuántos años tiene su hijo”,- yo
le conteste, a lo que siguió: -“pues ya esta grande no? No habla, y se ve que es
muy berrinchudo, y grita demasiado”-.
No contesté, realmente ya no sé qué contestar,
por dentro pensaba, si supiera que Elliot y yo dormimos muchas veces 3 o 4
horas, que durante la madrugada Elliot deja de respirar de manera constante
porque se congestiona, que aunque debía ser operado para que con ello mejorara
su estado de ánimo y su desempeño no puede porque no coagula su sangre
adecuadamente, que tenemos que trabajar todo el día para cubrir los gastos de
Elliot y ello implica hacer circo, maroma y teatro para organizarnos y poder
hacer tareas de casa, terapias con Elliot, cosas de la casa, y buscar el
autocuidado.
Que como padres nos levantamos a las 4:30 o 5 a.m. a más tardar y que
nos dormimos entre 11:00 y 12 de la madrugada prácticamente todos los días, los
fines de semana ya no existen. Que realmente estamos tratando de hacer todo lo
humanamente posible para cumplir con nuestros roles y ser lo más eficientes
posibles, pero que aún así seguimos escuchando que somos unos padres
desobligados, flojos, que solo te consentimos y que simplemente nos consideran
malas personas.
Y te escribo esto Elliot porque no solo hablo por mí, sino
también por muchas familias que muchas veces son juzgadas, sin conocer la historia
que esta detrás, por todas aquellas personas que nos juzgan sin recordar que se
encuentran frente a un ser humano, y que no somos víctimas si tenemos un hijo
con discapacidad, pero si tenemos que rendir más del 100% para poder cubrir
exigencias sociales pero principalmente para procurar la vida de nuestros
hij@s.
No eres un hijo perfecto, y el que no tuvieras una discapacidad no te
haría un hijo perfecto, ni nosotros somos padres perfectos y el que no tuvieras
discapacidad no nos haría padres perfectos. Somos Jorge Abraham y Sofía, y
tenemos un hijo Elliot Damián, y estamos aprendiendo a desarrollar nuestras
capacidades y habilidades dentro de nuestro paternaje y maternaje. ¿Qué
deseamos?... una sociedad capaz de ver más allá de los defectos y deficiencias,
una sociedad capaz de ver la pluscapacidad, una sociedad resiliente.
Te ama mamá.
Animo papas! Es dificil pero todo vale la pena por un hijo... cual mps tiene elliot??
ResponderEliminarHola!! mps II, Hunter
EliminarHe estado leyendo todo el blog, me parecen unos padres increibles!!. Me ha tocado vivir experiencias algo parecidas como hija, me duele ver como mis padres se preocupan por mi estado de salud, porque necesito una cosa o la otra, porque no saben lo que me pueda pasar en cualquier momento pero a pesar de todo eso siempre hay esperanza y personas que nos acompañan sin juzgar y otras tantas que solo juzgan y no aportan nada positivo.
ResponderEliminarCinthya (MPS IV)