ENTRE EL DOLOR Y LA VIDA...


Este año se me destruyó gran parte de mi vida... proyectos, trabajos, sueños... mi amado hijo... se me cerraron puertas, posibilidades, aquello que atesoraba, por lo que trabajé y me esmeré muchos años...ser docente, el consultorio, a mis proyectos, a mi educación, a personas que creí que me apreciaban...pero lo que más me cuesta es renunciar a la posibilidad de vida de mi hijo...

Un día de estos, después de haber escuchado a que no sé cuántos médicos decirme: "su hijo morirá pronto y el proceso será muy, muy doloroso para él, y no hay nada que hacer por él, ni medicamento que darle"; mi cuerpo comenzó a temblar, a debilitarse, todas las enfermedades contenidas comenzaron a fluir, mi corazón estaba a punto de estallar, mi mente repetía una y otra vez 'aguanta... aguanta, Elliot te necesita, él necesita tomarte de la mano'; no era una crisis de ansiedad, yo lo sabía...era el dolor manifestado en mi Ser que me desconfiguraba. Nunca algo me había dolido como esto: la pronta e inminente muerte de mi hijo, del Ser que más amo y he amado en este mundo. No tener un momento exacto, esperar la llegada de la muerte, genera un dolor aún más peculiar... pero aún más doloroso saber que aquellos/as médicos/as que juraron ante su "ética" profesional, resguardar el bienestar de mi hijo, son quienes aceleraron su partida, realizando una serie de negligencias que le arrebataron el bienestar que tanto procuramos por años, y tan lamentable que no hubo nadie que nos quisiera apoyar, escudándose en su propia ignorancia e intereses...pero aún no estoy prepara para hablar de todo eso, ni para escribir ese amargo fragmento de nuestra historia; además aún recibimos "comentarios" que amenazan nuestra integridad, y aún creen que solo es algo personal. No, aun no es el momento, habrá algún tiempo, otras circunstancia en las que esta misma pluma escriba todo aquello que se han negado a aceptar y remediar, mientras confío en que hay una fuerza o Ser superior que se encargará de devolver la bondad y la maldad a donde corresponde, y no depositar sus frustraciones en un niño que lo único que nos ha demostrado  a lo largo de los años es que le gusta vivir.

Y es ese mismo interés que Elliot Damián le tiene a la vida, lo que siempre me hace 'tocar tierra', respirar profundo y replantearme la vida... No sé porque han tenido que pasar todas estas cosas de a montón.  No sé exactamente que es lo que tenga que seguir aprendiendo en el trayecto de mi vida, solo sé que en este momento, aún con casi todo destruido, aún sostengo su pequeña mano y veo su mirada sobre mí.

Así que ese mismo día, que el dolor se manifestó con tal intensidad, encontré un escrito que hace tiempo leí, y que te comparto:

 La vida te decepciona para que dejes de vivir con ilusiones y veas la realidad.

La vida destruye todo lo superfluo hasta que quede solamente lo importante.

La vida no te deja en paz, para que dejes de culparte y aceptes todo como «es».

La vida va a retirar lo que tienes, hasta que dejes de quejarte y empieces a agradecer.

La vida envía personas conflictivas para curarte, para que dejes de mirar hacia fuera y empieces a reflejar lo que eres por dentro.

La vida te permite caer de nuevo y de nuevo, hasta que decidas aprender la lección.

La vida te quita del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejes de querer controlar todo y fluyas como un río.

La vida pone a tus enemigos en la carretera, hasta que dejes de «reaccionar».

La vida te asusta y te asustará cuantas veces sea necesario, hasta que pierdas el miedo y recuperes tu fe.

La vida te distancia de las personas que amas, hasta que entiendas que no somos ese cuerpo, sino el alma que contiene.

La vida se ríe de ti muchas y muchas veces, hasta que dejes de tomar todo tan en serio y puedas reírte de ti mismo.

La vida te rompe en tantas partes cuantas sean necesarias, para que la luz penetre en ti.

La vida te enfrenta a los rebeldes, hasta que dejes de tratar de controlar.

La vida repite el mismo mensaje, si es necesario con gritos y tapas, hasta que finalmente lo escuches.

La vida envía rayos y tormentas, para despertar.

La vida te humilla y a veces te derrota de nuevo y de nuevo hasta que decidas dejar que tu ego muera.

La vida te niega bienes y grandeza hasta que dejes de querer bienes y grandeza y comiences a servir.

La vida corta tus alas y poda tus raíces, hasta que no necesites alas ni raíces, sólo desaparezcas en las formas y tu ser vuele.

La vida te niega milagros, hasta que entiendas que todo es un milagro.

La vida acorta tu tiempo, para que te apures en aprender a vivir.

La vida te ridiculiza hasta que te hagas nada, nadie, para que entonces te convierta en todo.

La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar.

La vida te lastima y te atormenta hasta que sueltes tus caprichos y berrinches y aprecies la respiración.

La vida te esconde tesoros hasta que aprendas a salir a la vida y buscarlos.

La vida te niega a Dios, hasta que lo veas en todos y en todo.

La vida te despierta, te poda, te rompe, te decepciona… pero créeme, eso es para que tu mejor yo se manifieste… hasta que sólo el amor permanezca en ti».

 

El dolor llegó para quedarse hace varios años, pero junto con él ha estado latente la vida, la vida es curiosa pensé...te muestra en el camino, pequeñas herramientas para sostenerte cuando sea necesario, y después te sea posible continuar...si así lo decides... y entre el dolor y la vida, decidí seguir, y fui a tomarle la mano a Elliot Damián...esto aún no termina de destruirse.

 

Sof Martínez





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