CALIDEZ Y CALIDAD HUMANA. CARTA AL DIRECTOR DEL HOSPITAL
Estimado
director, esto más que ser una simple queja es una amplia sugerencia, que
cierto, parte de la incomodidad y desagrado de una parte de su personal a
cargo.
Doctor ¿dónde quedó la empatía y la calidez humana en el
trato al paciente? Usted como profesional de la salud debe recordar que sus
respuestas ante una conducta negativa del paciente pueden hacer que esta
conducta desaparezca. Sus respuestas ante una conducta positiva pueden hacer
que se repita con más frecuencia. Y esto ha pasado en nuestro caso como padres
de un paciente lisosomal por tal motivo hemos recurrido a las quejas y
comentarios recurrentes en el módulo de atención al derechohabiente. Lamentablemente
hemos tenido malas experiencias por comentarios de su personal o falta de
atención de algunos médicos y enfermeras. Incluso aquellos que creen que es algo personal y que cuando llegas a
consulta te cuestiona de forma directa porque te quejaste, eso es desagradable,
considero podrían manejar las quejas con mayor profesionalismo, pues al estar
trabajando con personas estamos expuestos a lo anterior. O bien, los médicos
que asumen una actitud negativa si uno les contesta como ellos hablan, de una
manera cortante y déspota, pero que no son capaces de reconocerlo, como la
médico pediatra que recientemente nos atendió. Eso es aún más
lamentable, ya que no se me brindó retroalimentación de la revisión médica, la
cual considere incompleta, pues solo revisó la garganta de mi hijo, no soy
médico pero conozco las revisiones médicas. Usted sabe que es parte de mis
derechos como paciente “Recibir información clara y oportuna”. Podré contestar
de mal humor pero jamás insulte o ataque a la médico, por lo tanto no trasgredí
ningún derecho de ella. Pero al momento de ignorarme y de que el subdirector le dijera a mi esposo
que solo confiará en su equipo sin considerar los datos que les proporcionamos
se trasgredió otro de mis derechos: La
paciente o el paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el
personal que le brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato
digno, con respeto a sus convicciones personales y morales, principalmente las
relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su
intimidad, cualquiera que sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo
a los familiares o acompañantes.
Ora bien, vuelvo a mi pregunta original ¿dónde quedó la empatía
y el trato digno al paciente? Porque alrededor de una discapacidad no solo
existe el impacto de los aspectos médicos, sino también y sobre todo, el
aspecto emocional, el reír, llorar, frutarte ante cada una de las etapas y
circunstancias que aparecen. No es fácil ver el logro que con tanto esfuerzo
obtuvo tu hijo y verlo caminar a de un día para otro ya no verlo moverse, y que
la información que los médicos brinden sea carente de un sustento, y que solo
se limiten a decir que es una infección, cuando de antemano deben saber el
sinfín de complicaciones que pueden existir, desde su patología base hasta
enfermedades menos comunes que generalmente tienden a ignorar, no en balde
existen tanto niños con algún tipo de lesión neurológica que no fueron
atendidos de manera oportuna.
No necesitamos de súper médicos, necesitamos de aquel
humano dispuesto a acompañarnos y a guiarnos en el descubrimiento de tu ser
ante la discapacidad y ante cualquier enfermedad que nuestros hijos presenten.
Cierto, no hay una forma exactamente correcta para dar
noticias no favorables, pero creo que si existen personas con calidez y calidad
humana capaces de estar ahí, de apoyarte y de brindarte la atención que se
necesita cuando lo que te están diciendo es que tu hijo tendrá una vida complicada, y en este
momento, aún peor, que no saben que tiene, pues la incertidumbre crece. Me remonto
a la primera ocasión en que Elliot estuvo internado., presentando espasmos de
manera recurrente. Cuando se los dije a los médicos pediatras, me ignoraron, ninguno
dijo nada, no sé si por desconocimiento o porque no tenían el valor moral de retroalimentarme
y decirme las afectaciones neurológicas ya visibles en Elliot. Ninguno dijo nada,
pero no falto quien opinara que solo era mi histeria, que consideró estaba muy
alterada, y que yo no sabía nada al respecto. Y efectivamente al ser dado del
alta del seguro y ser valorado por la neuropediatra, no me equivoque mi hijo
convulsionaba. Lo sabía doctor porque se me capacitó para ello, pero no soy
médico y requería del apoyo y valoración especializada la cual nunca llego. ¿En
dónde quedaron mis derechos doctor? Se trasgredió otro de nuestros derechos
como paciente Recibir atención médica adecuada: La paciente o el paciente tiene
derecho a que la atención médica se le otorgue por personal preparado de
acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las circunstancias en que
se brinda la atención; así como a ser informado cuando requiera referencia a
otro médico.
En esta ocasión es algo similar, Elliot dejó de moverse,
grita de dolor, no responde como usualmente lo hacía. Han dejado a un lado aspectos neurológicos que pudiesen llevarlos a un
diagnóstico pues ni siquiera lo han valorado como deberían hacerlo, me pregunto
si esperan a que sea otro niño que llega a tener una mayor complicación o
quedar en estado vegetativo para entonces actuar? Cuando se nos brindará
información clara y oportuna? ¿Cuándo realmente solicitaran la valoración de
los especialistas que deberían revisar a Elliot? Pues por ser un paciente con
síndrome de Hunter requeriría la valoración de diversos especialistas.
En estos días también nos han referido que no le dimos la
atención oportuna cuando esto no es así y consta en su expediente. Tampoco es como dijo un residente “la mamá se confió y no
le quiso dar el antibiótico”, eso es mentira nosotros seguimos indicaciones
médicas, y no por eso estoy culpando a los médicos, ¿Por qué ustedes mienten? creo que en muchas
ocasiones deberían corroborar la información que registran y dicen, por que resultan tener
información poco confiable y lo que dicen de mi persona no es cierto, tampoco
tienen porque cuestionarme porque en las mañana no asisto con mi hijo, pues al
igual que todo su personal, yo también tengo que trabajar.
Ahora, no es en contra de usted ni de alguien en
específico, sin embargo tanto mi esposo como yo de antemano agradecemos la
atención de médicos que nos han guiado y acompañado en el proceso de atención
hacia Elliot. También reconocemos el trato de varias
enfermeras de pediatría y sus atenciones a Elliot.
Sin embargo por lo ya descrito
anteriormente, vuelvo a solicitar la atención médica clara, oportuna y de
calidad porque nosotros al igual que muchos otros padres solo pedimos atención
médica con los estándares de calidad necesarios así como humana, para nuestro hijo.
Finalmente vuelvo a aclarar, esto no
es personal, solo ejerzo otro derecho más: La paciente o el paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir
respuesta por la instancia correspondiente cuando se inconforme por la atención
médica recibida de servidores públicos o privados.
Atentamente
Sofía madre de Elliot Damián paciente con síndrome de Hunter.
Comentarios
Publicar un comentario